De mi libro "Reflexiones de un alma aprendiendo a vivir"
Tomo I: Superación
Lo más bonito no es la meta, sino el camino
Es cierto que pasamos por
momentos muy complicados a lo largo de la vida. Nuestro mayor problema es que
los miramos con la actitud equivocada, dependiendo de nuestras circunstancias y
nuestras experiencias; sí, no lo dudo... pero desde el punto de vista equivocado.
A veces nosotros mismos somos los que nos ponemos las trabas centrándonos en
querer llegar al final lo más rápidamente posible, en lugar de mirar el sendero
por el que vamos caminando y disfrutar de todo lo que nos aporta.
Cuando os pase eso imaginad que
estáis en un hermoso prado, tenéis que atravesarlo para llegar a un final que
ni siquiera vislumbráis por su lejanía. La actitud no es mirar al horizonte y
pensar “no voy a llegar nunca”. La actitud no es sentir que el Sol nos abrasa y
recordar que no llevamos sombrero para guarecernos. La actitud no es correr
para llegar raudos porque tarde o temprano nos faltará el aire y parecerá
imposible llegar a nuestro destino. La actitud no es pensar que no tenemos el
calzado adecuado para atravesar ese camino… tenemos que cambiar la actitud,
pues ahí está la clave.
Sentíos en el centro del sendero, con un largo
camino por delante y mirad hacia los lados. El sendero está rodeado de un
hermoso esplendor verde iluminado por las gotas de rocío que el universo os
regala. Sentir ese frescor que os acompaña, el sol no os da calor, os da la luz
para que sigáis el sendero sin temor a perderos. Sentir el maravilloso olor que
cada una de las flores que os rodean os regalan, sólo por estar ahí en el
momento adecuado. Disfrutar de la multitud de colores que os acompañan
haciéndoos sentir un hermoso arco iris en la tierra.
Seguid caminando, sin prisa pero
sin pausa… antes vuestra preocupación era el calor, el tener sed en mitad del
camino, pero no os habíais dado cuenta de que más adelante atravesáis un
hermoso puente que pasa por encima de un río, dispuesto de forma perfecta para
que hagáis un alto, bebáis si tenéis sed, os refresquéis el cuerpo y el alma y
toméis las fuerzas suficientes para seguir para adelante sin cansancio, sin
agotamiento, dándoos la energía suficiente para seguir disfrutando de un
sendero que está ahí para que lo disfrutéis. No tengáis prisa por llegar. Al final
siempre llegamos, pero disfrutad de todo lo que se os regala para llegar en
unas condiciones óptimas y sonreír después sabiendo que el camino ha merecido
la pena.
Sele ^^