domingo, 16 de septiembre de 2018

Carta a mi abuela...

Necesitaba escribirte abuela... y que te lleguen mis palabras, ya que tu enfermedad hace tiempo que no te lo permite...

Querida abuelita mía:

Te escribo porque necesito sacar esta tristeza que siento dentro de mí, y no lo consigo… me está quemando la impotencia de no estar a tu lado en estos últimos momentos tan difíciles… aún no he podido derramar una lágrima que ayude a calmar esta pena que llevo dentro…incluso a veces me escucho y me siento insensible, me escucho decir: “sólo deseo que se quede durmiendo ya y deje de sufrir”… y me siento tan mal por pensar así, mi vida… pero sólo quiero que descanses… no soporto verte sufrir como lo estás haciendo… una persona tan bondadosa como tú no se lo merece…

A veces mi alma se escapa por las noches para estar a tu lado, en tu cama, junto a ti… y te abrazo con mis alas para que te sientas protegida y tranquila… te pregunto por qué elijes seguir sufriendo… por qué no quieres descansar ya… y me respondes que no quieres dejarnos solos…
¡Ay abuela! ¿Cómo puedo hacerte entender que aunque lo intentaras con toda tu fuerza nunca podrías dejarnos solo? ¿Cómo puedo hacerte entender que eso es imposible? Formas parte de mí desde antes de que naciera… desde antes incluso de que decidiera venir a este mundo… Te veo en cada cosa que hago, en cada palabra que digo, en cada paso que doy…
Tú me has enseñado muchas más cosas de las que eres consciente… muchas más cosas incluso de las que yo pueda ser consciente…

Me has enseñado que en esta vida es más fácil vivir sin enfadarse… que cada persona está en un momento diferente de su camino y te es importante respetarlo… que en muchos momentos es importante mirar a una persona a los ojos, sonreír y darle un abrazo… a pesar de que te esté diciendo palabras duras… porque te está diciendo aquello que siente, y capaz que tú ya estás más adelante en el camino, pero es necesario que respetes así su momento y le hagas saber que estás a su lado y que no hace falta más…” a veces las personas no nos entendemos, pero a veces tampoco es necesario entender tanto…” me decías… y tus palabras resuenan dentro de mi corazón… A ti siempre se te ha dado mucho mejor que a mí todo eso… debe ser porque tú eres más que una maestra, y yo aún estoy en el camino…

Me has enseñado a sanar a través del amor… a sentir cuando alguien está sufriendo y regalarle caricias mágicas… como tú las llamabas… “este es mi don, te lo regalo” me decías… ¡Ay abuela! Si supieras que tu legado ha ido mucho más allá… si supieras las de dolencias que he podido ayudar a sanar gracias a tus enseñanzas… si supieras que tu bisnieta intenta curar cualquier herida con sus besos mágicos porque como ella dice “me han enseñado mamá y la abuelita porque ellas son mágicas y especiales…” aún tiene en sus recuerdos de niña la primera vez que curaste su dolor de barriga… como me hacías a mí cuando yo era pequeña… Gran legado dejas, mi querida abuela, tú me has enseñado que hay ángeles entre nosotros… pero hacen invisibles sus alas para que el resto del mundo no los descubra, porque a veces no es necesario entender tanto…

Podría escribir un libro con todas las enseñanzas que recuerdo de ti… con todas tus frases, todas tus sonrisas, tus miradas... todos tus consejos y tus abrazos… y lamento tanto que no puedas recordar nada de eso… ¡Qué triste esta enfermedad que te tiene cautiva desde hace años y no te deja recordar la maravillosa persona que eres y todo el bien que has hecho!
Por eso te escribo para recordártelo… porque sé que no escuchas mis palabras a través del teléfono cuando te hablo… porque hace tiempo que ya no me reconoces, aunque veo el brillo en tus ojos cuando me miras, y sé que tu alma me reconoce por ti…

Ya has hecho el último milagro que podías hacer ¿sabes? Has reunido a todos tus hijos para darse amor en lugar de discusiones y reproches… es hermoso ver cómo se abrazan y te miran… tristes si… tristes porque no eres eterna abuela… pero tu legado y tu amor es eterno, aunque no lo sea el cuerpo… entiendo su tristeza… no debe ser fácil decir adiós a una persona que además de ser maravillosa es tu madre…

Abuela querida… cómo me gustaría poder estar a tu lado… sólo quiero recordarte que mi alma siempre va a estar cerca de la tuya… y sé que cuando decidas que ya es bastante, que ha llegado la hora de dejar tu cuerpo y volver a volar, recordarás todo lo que esa enfermedad te estaba ocultando, y podrás sonreír por fin de nuevo, sabiendo que has dejado una huella maravillosa y que todo está bien…

Te adoro abuela… por encima de todas las cosas… y creo que ya entiendo porqué aún no he llorado mi pena… y es porque toda la felicidad que me has regalado la supera con creces…
Nos vemos cuando llegue el momento de reunirnos de nuevo, intentaré aplicar tu enseñanzas lo mejor que pueda y cuando decidas que ha llegado el momento: Vuela alto y sé feliz.
¡Te quiero mi Reina Mora!

Con todo mi amor, tu nieta Almudena.

PD: Gracias por dejarme como regalo de nacimiento tu don y tus ojos, ¡molan un montón!  Y gracias por haber compartido el suficiente tiempo con nosotros como para conocer a mis dos hijos, seguro que han heredado de ti tu maravillosa bondad. ¡Te quiero guapa! ¡Guapa más que guapa!